Si unimos el talento, la creatividad y la experiencia de los hermanos Albert y Ferran Adriá, con la de los hermanos Juan Carlos, Borja y Pedro Iglesias (Grup Rías de Galicia) sabemos que el resultado va a ser digno de ver, pero no tendremos ni idea de por dónde nos van a salir... y esa es exactamente la sensación que uno tiene cuando entra en Tickets.
Al entrar lo primero que sorprende es la decoración de estilo KITSCH (así, en mayúsculas) del comedor principal. Si uno es curioso, puede pasar horas escudriñando los rincones y descubriendo partes de la decoración que bien podrían encontrarse en la casa museo de Dalí.
Vírgenes, en sus altares, colgadas de la pared, rodeadas de enredaderas, o cortinas con dibujos de cocineros con cabeza de pescado son algunas de las joyas que podéis descubrir, y que no os mostramos para no privaros del placer de la sorpresa.
El local no dispone de muchas mesas. Puedes comer en la barra, en mesas "individuales" (para una reserva de una misma persona) o en mesas "comunitarias", donde compartes la experiencia con otros comensales. Este funcionamiento nos acerca a la idea de Tickets, que es un lugar de tapas. Eso sí, sofisticadísimas tapas.
La carta nos ofrece un gran abanico de posibilidades, distribuyendo los platos entre "Abre bocas", "Sin cubiertos", "Especiales", "Date un gusto" (donde encontramos 12 tipos de ostras de países distintos), y "Compartamos el momento".
En esta ocasión tomamos la famosa "Aceituna solidaria" (sí, sí, aceituna, una, en singular, pero descubriréis que no habéis probado nada igual cuando la veáis y os la metáis en la boca).
Mención especial merece el pulpo crujiente con mayonesa de kimchi y pepino de Tickets, que no sólo estaba exquisito, como todos
los platos que tomamos, sino que su presentación era tan elaborada que
daba auténtica pena comérselo.
La carta de postres es también extensa, teniendo diez opciones donde elegir. En esta ocasión nos decantamos por la pizza dulce con espuma de mascarpone y amaretto, melocotón confitado, maria luisa y lima; los "tapones de corcho", el imprescindible cheesecake de Tickets, y el pan con chocolate y aceite.
Si la decoración de la sala es sorprendente, no lo son menos los postres, y su preparación, que en algunas ocasiones, como con el pan con chocolate, se llevan a cabo al momento, delante de los comensales (podéis verlo en el vídeo).
Como curiosidad os podemos contar que, aunque no se trata ni mucho menos de un lugar recomendable para visitar con niños, y menos pequeños, los camareros se vuelcan de una forma admirable en los pequeños del lugar, haciéndoles partícipes de múltiples juegos culinarios y obsequiándoles con grandes piruletas de colores. Un 10!!
Precio total: 130€ (2 personas)
Fecha de la visita: Octubre de 2016
LAS PREGUNTAS BÁSICAS
¿Recomendable? Mucho. Y como la carta es extensa, se puede volver sin repetir platos, si se desea.
¿Un lugar para volver? Sí, pero en ocasiones especiales, no es un restaurante de "domingos".
¿Lo mejor? La parte de los postres. Aunque los principales estaban buenísimos, disfrutamos mucho más de la experiencia de los postres, y si los visitáis lo entenderéis.
¿Lo peor? La gran dificultad en realizar una reserva. La única manera de poder conseguir hacer una reserva es quedarse despierto hasta las doce de la noche, delante del ordenador con la tarjeta de crédito en la mano, y en el momento en el que se abren las reservas ser el más rápido del oeste para conseguir finalizarla. Si os conectáis a las doce y cinco minutos ya no habrá reservas disponibles.
Nombre: Tickets
Dirección: Av. Paral·lel, 164
Teléfono: 606 22 55 45
Web: www.ticketsbar.es
Precio: €€€
Valoración global: 9/10.
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