Pensando gastronómicamente en el barcelonés distrito de Sant Martí claramente nos focalizamos en una zona donde encontrar excelentes restaurantes: la Rambla del Poblenou y alrededores. Pero no es la única, en el Pont del Treball -lindando con Sant Andreu- hay un par de propuestas muy interesantes. Una de ellas es El Ramblero, un acogedor local donde encontrar tapas variadas de alta calidad. El Ramblero tiene 35 años de historia y, tal y como ellos mismos indican en su página web, en su cocina se puede encontrar "platos sencillos y originales". Desarrollan una cocina mediterránea con toques de fusión cuyo valor principal es el producto. Algunos de sus platos más aclamados son el risotto trufado con shiitakes y parmesano, el solomillo de buey con salsa de setas al aroma de trufa o el caldero de arroz de pescado de roca. Y algunas tapas estrella son las flores de calabacín en tempura con salsa de soja, miel y limón, el salteado de setas con calamares, espárragos trigueros

Hace ya años que algunos de los chiringuitos de playa pasaron a ofrecer comida de calidad. Se acabó la idea pre-concebida de que todos los chiringuitos son bares de playa donde encontrar bocadillos, bravas y poco más. Ahora muchos de ellos contratan a reputados chefs para ofrecer platos de nivel. Es el caso de Can Fisher. Abierto en la barcelonesa Playa de Bogatell en junio de 2017, la cocina de Can Fisher está dirigida por Álvaro Garcés, quien ha trabajado junto a chefs como Ruscalleda o Berasategui, llegando a ser jefe de cocina del popular restaurante Loidi. Garcés ha creado para Can Fisher una carta basada en la cocina mediterránea, con productos frescos, pescados, carnes y arroces, con varias propuestas cocinadas a la leña. Can Fisher cuenta con un amplio comedor interior y con una terraza cubierta. Su interiorismo está inspirado en la California de los años 50 y 60, con la utilización predominante del blanco, el azul y la madera. Es un espacio cómodo y, aún en un día totalm

Restaurantes para ir a tomar tapas en Barcelona hay muchos, muy variados y muy buenos. Pero, entre éstos, hay muy pocos que cierren cocina por la noche a las 00.45h. Uno de ellos es La Flauta, un clásico de la ciudad nacido hace más de 25 años. La Flauta cuenta con dos locales: uno en la calle Aribau y otro en Balmes. He acudido a los dos en innumerables ocasiones. Normalmente de noche, tras acudir a algún espectáculo o concierto, para asegurar que podríamos cenar tapas de calidad a un precio asequible a altas horas de la noche. Nunca me ha defraudado. Todo lo contrario. Todo estaba buenísimo. La última vez que lo visité fue un mediodía. Se trataba del local de Aribau. Había una larga cola de espera para poder entrar, pero abrieron la sala del primer piso y nos sentaron rápidamente a todos. Tanto en el local de Aribau, como en el de Balmes, hay una larga barra de bar a la entrada donde también sirven comida. Al final de la misma, están expuestos los productos frescos: pescados,